¡Cómo empezó todo!
Mi camino con la música comenzó a una edad temprana, tocando el piano en la iglesia. La música siempre ha sido una de mis pasiones, pero nunca me imaginé como profesora. Todo eso cambió cuando mi tía se acercó a mí con una propuesta: quería que le enseñara a mi prima a tocar el piano y se ofreció a pagar las lecciones. Acepté y así comenzó mi carrera como docente. Mi prima se convirtió en mi primera alumna oficial y, aunque al principio no tenía pasión por la enseñanza, no pasó mucho tiempo hasta que empezó a gustarme.
A medida que trabajaba con más estudiantes, comencé a darme cuenta de que esto era más que un pasatiempo secundario: se estaba convirtiendo en algo más grande. Con el tiempo, comencé a forjarme un nombre y, después de unos años de clases particulares, decidí llevar las cosas al siguiente nivel. Preparé un espacio exclusivo en mi casa e invertí en equipos para mejorar la experiencia de mis estudiantes. Pasé de clases privadas a clases grupales e incluso comencé a ofrecer clases virtuales, llegando a estudiantes de diferentes estados.
También abrí un canal de YouTube, inicialmente como una broma, pero para mi sorpresa, despegó. Alcancé más de 40.000 visitas y celebré el gran hito de llegar a 1.000 suscriptores, lo que fue enorme para mí en ese momento. Pasé incontables horas preparando y grabando cada lección y, después de años de trabajo duro, vi que los estudiantes llegaban constantemente. Incluso comencé a presentar concursos de talentos y las lecciones se ampliaron para incluir la batería, con mi hermano, Joel Torres, uniéndose a mí para ofrecer una gama más amplia de instrucción.
Hoy hemos tenido el privilegio de enseñar a más de 300 estudiantes, muchos de los cuales ahora tocan en su iglesia o en otros lugares. Seguimos creciendo y evolucionando, esforzándonos siempre por ofrecer la mejor experiencia posible a nuestros estudiantes.